Cuando se cumple el tiempo no tenemos que anunciarlo, somos el SUEÑO.

Todos somos el sueño de Dios para el bienestar del mundo. Cada uno de nosotros con nuestras capacidades dadas por Él, somos la esperanza de muchos que necesitan del Señor. Para realizarlo necesitamos saber quiénes somos en Dios y cual es nuestra parte de la obra. En ese hacer reside también nuestra propia bendición.

martes, 13 de agosto de 2013

Libro Realiza tus Sueños, Alcanza tu Destino

          

          REALIZA tus SUEÑOS
                                     Alcanza tu DESTINO



                          
                                  Capítulo 3
                   
                   
      Claves para para su realización

     Creer en el sueño es creer en Aquél que lo impartió.


Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos como los que sueñan.2Entonces nuestra boca se llenará de risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos.3Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres” (Sal 126:1-3).
                                                                              
Un sueño, como dice el verso que arriba hemos leído, nos saca de la cautividad de la mediocridad, llevándonos a un lugar de excelencia. Produciendo en nosotros, el gozo y la alegría que genera el tener la expectativa, de lo que podremos lograr, siguiendo las instrucciones debidas, (1). Pero para ello, necesitamos a alguien que nos guie en el camino de la realización, un amigo en el cual podamos depositar toda nuestra confianza. Y que mejor amigo, que Aquél que nos dio ese sueño. Ese amigo, que nos alumbre el camino, que nos dé seguridad a lo largo de la senda que hemos emprendido. Que nos diga el significado de las “señales” que irán apareciendo a lo largo del mismo. Señales, éstas, que nadie más que nosotros podremos comprender, ya que solo para nosotros es que fueron puestas allí, para guiarnos de forma segura a alcanzar la meta. Estas señales, irán mutando desde, las circunstancias; que tanto positivas o negativas se irán manifestando; a las personas que emigrarán de nuestro lado, o las que por el contrario, se sumarán nuestro trabajo. Sin dejar de mencionar, las fuerzas que de repente emergerán en nuestras vidas y que como un volcán en erupción se manifestará, impregnándonos de nueva fortaleza, vigor, entendimiento y sabiduría, para soportar o solucionar problemas. Así también, como esas señales sutiles, que los muy entendidos podemos llegar a percibir sin problema alguno. Como los síntomas, de repentino desánimo o falta de interés, manifestado también, en ocasiones, un cansancio o hartazgo súbito, señales que nos habilitan para considerar sino un rumbo, por lo menos un desvío del camino. El cuál, tomándolo, quizás, luego nos habilitará para encontrar nuevas personas con dones o conexiones que nos serán imprescindibles. Acaso en el presente, o más adelante en el tiempo, en nuestro avanzar a la meta final, que es la conquista final de nuestro sueño, (2).   
Un sueño nos despega de nuestra mediocridad para lanzarnos a nuestro destino de excelencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario