Cuando se cumple el tiempo no tenemos que anunciarlo, somos el SUEÑO.

Todos somos el sueño de Dios para el bienestar del mundo. Cada uno de nosotros con nuestras capacidades dadas por Él, somos la esperanza de muchos que necesitan del Señor. Para realizarlo necesitamos saber quiénes somos en Dios y cual es nuestra parte de la obra. En ese hacer reside también nuestra propia bendición.

viernes, 30 de abril de 2010

Las Buenas Nuevas del Cielo

Aunque alguien se haya levantado para perseguirnos y atentar contra nuestras vidas, con todo, ella está ligada a la paz de los que viven delante de nuestro Dios, y el arrojará la vida de nuestros enemigos como de en medio de la palma de una honda. 1 S 25:29

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